8 Recomendaciones para leer una noticia científica



Como interesados en temas científicos y como consumidores activos de noticias científicas deberíamos tener presentes ciertas reglas que nos ayuden a comprender correctamente la actualidad científica que nos ofrecen a diario. No todo lo que aparece en la prensa, en una web o incluso en un blog especializado es riguroso a pesar de que parezca científico… He aquí algunos consejos que creo debes tener en cuenta antes de dar credibilidad a una noticia.

1. Infórmate en webs que citen y enlacen el paper original.

Uno de los elementos más importantes del método científico es que los resultados de cualquier investigación o experimento deben ser públicos y accesibles para todos. Debes saber que detrás de cada noticia, detrás de cada anuncio, detrás cada teletipo de una agencia de prensa hay siempre un artículo científico en el que los propios investigadores explican qué han conseguido y qué métodos han utilizado para ello.

Nunca consumas noticias científicas de medios de comunicación que sistemáticamente ocultan el estudio científico original en el que basan sus publicaciones.

Desgraciadamente, si lees habitualmente la sección de ciencia de cualquier periódico, web o te encuentras una nota en una agencia de noticias habrás notado que muy pocas veces citan y enlazan el artículo científico al que hacen referencia en esa noticia…

Al final de cada noticia debería haber una lista de referencias y artículos científicos (con sus correspondientes enlaces directos) para que, quien esté interesado, pueda consultar y profundizar así en el contenido expuesto.

Insisto: No uses fuentes de información que te niegan el acceso al artículo original… que quede esto como una llamada de atención a quien corresponda. Es más, siempre que sea posible recomiendo dejar un comentario en esas webs exigiendo que citen y enlacen correctamente el artículo científico donde se encuentra la investigación original… Quizá si insistimos en este aspecto algún día lo consigamos.

Existen multitud de webs que sí informan correctamente de la investigación realizada y te ofrecen el enlace al artículo publicado. Además los autores de esas webs y blogs suelen ser a su vez científicos que en la gran mayoría de las ocasiones comprenden y explican mejor tanto la noticia como su verdadero alcance.

2. Sé curioso y consulta el artículo científico.

No te quedes en la noticia. Si estás interesado en la Ciencia es porque tienes curiosidad. Si algo te ha llamado realmente la atención y estás ante una noticia, no te quedes solamente con lo que has leído en una breve y escueta noticia en una web… Si además has seguido la recomendación del punto número 1, tendrás a tu disposición y a un solo click el paper original de los autores… échale un vistazo… quizá te lleves una sorpresa y lo que el periodista te cuenta no sea lo mismo que el científico refleja en su investigación, o mejor aún, quizá descubras que la noticia tan solo araña la superficie y que el estudio esconde cosas mucho más interesantes.

No importa, repito, no importa que no seas científico. El simple hecho de asomarte al artículo especializado, aunque no entiendas muchos de los conceptos que contiene, te hará avanzar paulatinamente en tu comprensión de la Ciencia.

Irás comprobando que la mayoría de los artículos científicos tienen una misma estructura, prácticamente todos contienen las mismas partes… verás un resumen (abstract) que te introducirá en la investigación realizada, podrás comprobar los métodos que han utilizado, tendrás delante de ti los resultados obtenidos por el científico y las posibles implicaciones que esos resultados pueden ofrecer.

Si sigues estos dos pasos (buscar fuentes de información que te ofrezcan el artículo científico y ser curioso haciendo click para echarle un vistazo al paper original) pronto te darás cuenta de que comienzas a entender algunos conceptos básicos útiles.

Aprenderás que la fiabilidad de una investigación puede depender de cuántos sujetos de estudio tenga (n) y que no debes confiar en titulares del tipo “Un estudio científico afirma…” cuando ese estudio se ha realizado solo en 8 personas.

Comenzarás a diferenciar publicaciones, métodos, fases… Es entonces cuando, ante el consabido titular “Un estudio científico afirma…” te sorprenderás a ti mismo diciendo: Ey, espera un momento, ¿Qué estudio? ¿Se ha aplicado correctamente el método científico? ¿Ha sido revisado por pares (peer review)? ¿Qué métodos ha utilizado? ¿Cuántos sujetos han participado en él? ¿Dónde se ha publicado?

Distinguirás el recorrido de un estudio médico y las fases de un ensayo clínico. Entenderás que una investigación sobre un medicamento en Fase I no puede llevar a titulares del tipo “Descubren una vacuna contra el SIDA”.

Tomarás con más precaución grandes anuncios porque ya sabrás que curar el cáncer en ratones, en un laboratorio, o en una placa de Petri, está a un mundo de distancia de hacerlo en humanos.

Pronto, muy pronto, verás que el consultar artículos científicos después de leer una noticia puede llevarte a desechar por completo esa noticia o quizá te ofrezca más temas interesantes de los que el periodista te ofrecía en su redacción.

Encontrarás muchas webs que te ofrecen una larga retahíla de artículos científicos… si no curioseas en esas referencias ¿Quién te dice que realmente las investigaciones afirmen lo que el autor escribe en esa web?… Es más, encontrarás multitud de webs pseudocientíficas que incluyen largas referencias científicas, solamente para aparentar seriedad y con la maligna confianza de que poca gente consulta realmente esas referencias.

3. De hecho, vamos más allá… Olvida el titular

Los titulares son un instrumento fundamental en periodismo, pero no tanto en ciencia. Están muy bien, su trabajo es incitarte a leer el contenido de la noticia y de hecho son en gran parte responsables de que alguien se interese por el resto… pero condensar en una frase tanta información y hacer además que sean llamativos los convierten en un arma de doble filo, así que, una vez que han captado tu atención, olvídalos y desconfía de lo que afirmen hasta que hayas seguido los pasos anteriores.

En especial, desconfía de:

Titulares en noticias científicas que son una pregunta… ¿Han descubierto los científicos la guarida del Kraken?, ¿Vivimos en una especie de Matrix compuesta de hologramas? ¿Debemos replantear la evolución?… Curiosamente la respuesta suele ser no.

Titulares que utilizan las comillas de forma sospechosa… Científicos han descubierto “una cura” para el cáncer. Investigadores descubren un pingüino “que vuela”… Este extraño uso de las comillas, para indicar que lo entrecomillado no significa realmente lo que está escrito, se ha extendido en numerosos medios y solo conduce a equívocos.

Titulares que “desafían” las grandes Teorías científicas o a científicos famosos: “Un descubrimiento apoteósico desafía a Darwin”, “Científicos austriacos desafían la Teoría de la Relatividad de Einstein”… Una teoría en ciencia no es lo mismo que en el lenguaje cotidiano. Una Teoría científica, y sobre todo las que suelen aparecer en estos titulares sensacionalistas, tiene detrás de ella miles, literalmente miles, de pruebas que la sostienen… desconfía si alguien las quiere tumbar completamente en una línea por muy sorprendente que parezca el titular.

Titulares grandilocuentes con espectaculares descubrimientos que, sin embargo, solo aparece en esa web… Si alguna vez se descubre vida extraterrestre, se consigue una vacuna contra el SIDA o cualquier otro avance significativo para la Humanidad, es de esperar que salga publicado en más sitios.
En general, para este tercer punto puede ser de mucha ayuda ver este breve video realizado por el canal It’s OK to be smart en Youtube.





4. Ten presente dónde estás

Es un punto breve pero fundamental: Identifica bien la web que estás visitando. Sitúate y conoce la fuente de información que estás leyendo… ¿Es una web científica?, ¿Es pseudocientífica?, ¿Es un sitio comercial?, ¿Es opinión o es una noticia con datos comprobados?, ¿Te están informando o te están vendiendo algún producto?…

Sabes que no es lo mismo leer una noticia en El Universal, El Nacional o en La Patilla… Conocer las inclinaciones de un autor o de un sitio web no significa necesariamente que el contenido sea erróneo o falso, pero te ayuda a estar prevenido ante posibles sesgos en los argumentos que te expongan.

5. Sé paciente

En la vorágine informativa en la que nos encontramos inmersos existe una pugna oculta de todos los medios por ser el primero en publicar. Estas prisas conllevan inevitablemente errores, malas interpretaciones, fakes, hoax y toda una gama de deslices que al fin y al cabo simplemente significan noticias falsas o mal redactadas… así que, sé paciente, espera un poco antes de lanzarte al ruedo.

Tanto si participas en redes sociales como si simplemente vas a comentar una noticia con tus amigos en un bar, infórmate bien de la investigación antes de dar pie a un bulo o a un error… Internet es una bola de nieve que crece rápidamente y una vez que han empezado a rodar, las leyendas urbanas son casi imposibles de parar. Además recuerda que tus seguidores o lectores esperan de ti una información rigurosa, no creo que te sigan o lean porque eres rápido.

Si además tienes un blog científico, aquí va otro consejo: Olvídate de ser el primero en dar la noticia. Hazme caso, es una carrera en la que no quieres entrar y en la que, la mayoría de las veces, vas a perder contra grandes medios de comunicación y agencias con extensas plantillas de corresponsales y periodistas. Incluso siendo el primero en dar la noticia sabes perfectamente que a las pocas horas ya estará en otros medios y tu post se perderá en las búsquedas de Google, mientras que ellos aparecerán en las primeras posiciones.

En lugar de intentar luchar por la primicia, deja las prisas por ser el primero y busca enfoques diferentes que nadie haya tocado. Investiga un poco otras fuentes, profundiza en el análisis de la noticia, aporta a tu lector otros datos interesantes que han quedado fuera. Al fin y al cabo, el evidente desinterés de los grandes medios por la ciencia hace que ofrezcan las noticias como quien hace churros: Comunican con una breve nota el descubrimiento, le ponen un buen titular… Sí, son los primeros, pero poco más.

Aprovecha esa laguna y publica algo más detallado, explícalo de forma sencilla, haz divulgación, busca la historia detrás de la noticia, conéctala con otras investigaciones que conozcas… tanto si eres lector como si eres escritor recuerda que los primeros en dar la noticia suelen ser (frecuentemente) los más inexactos y escuetos.

6. Un medio de comunicación que rectifica… es un buen medio

Y hablando de errores, y siguiendo el orden de puntos que llevamos hasta ahora: Si eres paciente, si buscas otras fuentes de la misma noticia, si consultas el artículo original y si has conseguido no lanzarte a la piscina a la primera de cambio, comprobarás con el tiempo que las noticias tienen un recorrido, una evolución.

Lo que empezó siendo un estudio novedoso que desafiaba las teorías de Einstein termina siendo, al cabo de los días, una investigación llena de equivocaciones metodológicas. Lo que comenzó con unos neutrinos flipantes podría simplemente tratarse de un cable mal enchufado. La investigación sobre un transgénico que convierte en Hulk a unos ratones podría ser retirada a los pocos meses por graves errores.

No utilices fuentes que no rectifican esos errores.

No utilices fuentes que no se actualizan mientras la noticia evoluciona.

Suelo soltar esta frase de vez en cuando: Ser riguroso no significa ser perfecto. Todos nos equivocamos, algunos más, otros menos, es cierto… pero nadie es infalible. Lo importante entonces es cómo se toman esos errores.

La tónica general en los medios de comunicación es publicar una noticia y dejarla ahí, online, hasta el fin de los tiempos. Para muchos rectificar un error es algo pecaminoso, algo que no puede ocurrir en un medio serio porque significaría reconocer una equivocación… Incluso si alguna vez rectifican, intentan ocultarlo, insertan un añadido en pequeñito, donde casi no se puede ver… En realidad, con ese pensamiento tan solo añaden un error al primero ya cometido.

Visita las webs en las que el autor edita las noticias. Infórmate en blogs donde el autor se preocupa por tener actualizada la información y rectifica los datos erróneos.

Como estas viendo, Internet ofrece multitud de inconvenientes a la hora de informarse en temas científicos… pero también nos regala grandes ventajas. A diferencia del papel, la red está viva y se puede actualizar. Lo que está escrito en un periódico queda ahí, lo que has publicado en internet puede ser modificado, tachado, rectificado y en definitiva, adaptado a las nuevas informaciones. Eso es rigor.

Personalmente, cuando veo que una web o un blog rectifica una información errónea, me digo: He ahí un autor que se preocupa por la información que ofrece a sus lectores, aquí voy a quedarme… 

7. Pregunta a quien sabe… incluso al autor de la investigación

Indudablemente estos puntos plantean un esfuerzo por parte del lector.

La Ciencia, y más al nivel de un artículo científico publicado en revistas especializadas, no es fácil. En muchos casos, esa dificultad supera los conocimientos del lector. Bueno, no importa… pregunta.

Otra ventaja de internet es la enorme accesibilidad a personas que sí saben. Es muy fácil contactar con alguien que te puede explicar lo que no entiendes: Pierde el miedo y consúltales… te sorprenderás con la reacción de un montón de bloggers, divulgadores y científicos en respuesta a tus comentarios, preguntas, consultas, emails…

Incluso, llegado el caso, ve directo al propio autor de la investigación… Si llegas a este punto 6 y te has habituado a consultar el artículo original, habrás comprobado que ofrece la información del autor y una forma de contacto con él… No tengas reparos en escribirle, incluso para pedirle el artículo completo gratis (en la mayoría de Journals hay que pagar por él). Expónle tus dudas.

Ten en cuenta que para un científico su artículo es importante y suele ser un halago para él que alguien se interese por su investigación.

8. La noticia no acaba en internet

La Encuesta de percepción social de la Ciencia (un estudio que se realiza bianualmente por FECYT) añade un dato también muy interesante: Por primera vez Internet encabeza el ranking de medios de información científica. En los últimos dos años ha superado a la televisión, la radio o la prensa escrita.





Pero no me gustaría terminar estos puntos dejando el asunto así… en Internet.

Fuera de la red, e incluso con la crisis y recortes que actualmente planea sobre la ciencia y la divulgación, aún existen numerosos eventos científicos: charlas, exposiciones, conferencias, mesas redondas… Asiste a ellos. Si te gusta un grupo de música qué menos que ir a alguno de sus conciertos, ¿no?

Es la forma más sencilla, directa y entretenida de estar al tanto de las investigaciones que se están realizando en los diversos campos científicos.

Referencias y más información:


Sutherland W.J., Spiegelhalter D. & Burgman M. (2013). Policy: Twenty tips for interpreting scientific claims, Nature, 503 (7476) 335-337. DOI: 10.1038/503335a



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