Con esta técnica, será posible completar el diagnóstico genético-molecular


(Madrid).- El Instituto Ramón y Cajal de Investigación Sanitaria del (Irycis) del centro hospitalario está desarrollando, con la colaboración de la ONCE, el estudio 'Diseño y validación de un 'array CGH' aplicado al diagnóstico de pacientes con glaucoma y o disgenesia del segmento anterior ocular. Creación de un algoritmo diagnóstico molecular'. Miguel Ángel Moreno, jefe del Servicio de Genética del Hospital Ramón y Cajal, ha hablado con GM sobre su aplicación en la práctica clínica y los retos que tiene por delante la genética.

¿Por qué se centra este proyecto en el glaucoma?
Se centra en este problema porque en nuestro laboratorio llevamos fundamentalmente estudiando la base genética de patología neurosensorial que también incluye la visión y, en concreto, en aquellos aspectos que están relacionados con el glaucoma o con los defectos o digenesias del segmento anterior del ojo. Algo que afecta claramente a población infantil, pero también al adulto.

¿Para el estudio de las patologías que afectan al segmento anterior ocular ya se utilizaban herramientas diagnósticas de última generación, ¿qué dificultades existían o existen al respecto?
El glaucoma tiene una alta heterogeneidad genética, de modo que estudiarlo mediante las técnicas clásicas no resultaba coste-efectivo. Así, el desarrollo tecnológico de la secuenciación masiva, junto con nuestras investigaciones nos ha permitido llevar esto a la práctica clínica. No obstante, esas tecnologías están enfocadas a la detección de mutaciones puntuales. Digamos que si asumimos que nuestros cromosomas son una 'biblioteca' y cada hoja es un gen, encontrar una falta ortográfica sería una mutación puntual que es lo que hasta ahora las técnicas basadas en secuenciación masiva suelen detectar. Aun así, después de hacer el screening de toda la población en estudio quedan algunas familias sin aclarar y ahí sospechamos que puede haber otros tipos de mutaciones. En este caso, no iríamos buscando un error ortográfico, sino la pérdida de uno de los volúmenes que tenemos en nuestra 'biblioteca'. Y por eso, ese ha sido el objetivo por el cual hemos desarrollado unas herramientas basadas en otras tecnologías de última generación como son los Arrays CGH de hibridación comparativa del genoma.

¿Qué puede aportar este proyecto?, ¿se solventan así las limitaciones de la secuenciación masiva?
Sí, digamos que nosotros hacemos una investigación traslacional, un diseño, validamos esa herramienta diagnóstica y la llevamos a la práctica clínica. Digamos que, normalmente, de las patologías de base genética mendeliana, aproximadamente, entre un 15 y un 20 por ciento son debidas a este tipo de mutaciones particulares. Por eso, con esta nueva herramienta, complementamos el estudio genético-molecular del glaucoma.

¿Será posible diseñar un algoritmo diagnóstico molecular para estos pacientes y avanzar en el conocimiento molecular y epidemiológico de estas enfermedades?
Sin duda. Una vez que estamos en contacto directo con los clínicos y cuando los oftalmólogos orientan, desde su perspectiva, el diagnóstico genético; establecemos un algoritmo y aplicamos la secuenciación masiva que es lo que viene a día de hoy a resolver el 40 por ciento de los glaucomas de origen genético. El 60 por ciento restante es explorado por esta nueva herramienta y poco a poco llegaremos a completar el diagnóstico genético-molecular.

¿Cómo va avanzando este proyecto?
Es interesante porque en este panel de resecuenciación podemos analizar en un único evento, posiblemente, más de 150 genes y 150 regiones del genoma que sospechamos albergan la causa genética. El proceso es continuo, según se van identificando nuevos genes a nivel de investigación se van implementando dentro de estos paneles, con lo cual poco a poco, iremos avanzando y completando estos estudios.

Además, permitirá orientar el diagnóstico genético y predecir la evolución de la enfermedad...
Una vez que dentro del glaucoma consigamos despistar aquellos pacientes que son de origen genético, se podrá dar consejo genético, hacer estudio de portadores, estudios predictivos, podemos con antelación predecir si ese paciente va a manifestar esa sintomatología y, por lo tanto, estamos ayudando a que los posibles tratamientos se den lo más precozmente posible.

Es una ayuda de evitar la ceguera...
Sin duda. Una vez que hemos encontrado una mutación, podemos incluso si se quisiera antes de nacer, hacer un estudio prenatal para saber si existe portación o no de esa mutación.

Se habla mucho de medicina de precisión y todo lo que tiene que ver con el futuro a medio y largo plazo está relacionado con la genética, la genómica, etc. ¿En que situación estamos en cuanto al uso de estas tecnologías? 
Más avanzando de lo que quizás se esperaba y sobre todo en ciertas patologías. A día de hoy, ya en práctica clínica estamos utilizando la secuenciación masiva sobre todo de paneles de resecuenciación muy dirigidos a patologías en concreto y en un futuro cercano la evolución será hacer la secuenciación del exoma, de las partes codificantes de todos los genes en los pacientes y más adelante el genoma. No es que tecnológicamente no se pueda hacer, sino que el marco ético-legal todavía hay que precisarlo y por otro lado hay que esperar a que se abaraten los costes.

Los precios dependen de la complejidad del proceso...
Siempre digo que a veces más es menos, es decir, tener toneladas de datos que analizar muchas veces es más problemático que cuando estábamos antes simplemente mirando dos o tres genes por secuenciación clásica. Pero sin duda, en paralelo se están desarrollando herramientas bioinformáticas y lo que queremos es normalizar entre todos los hospitales y los servicios de genética que hablemos en los mismos términos y que eso asegure que un paciente vaya a donde vaya reciba el mismo diagnóstico.

Quizás, lo ideal sería que hubiese determinados hospitales que se especializasen en esto y, aparte, crear nuevos roles profesionales para la interpretación de datos.
Sí, será la evolución lógica. El perfil académico ahora no es tan limitante, sino las competencias que cada uno va adquiriendo. Como genetistas, también tenemos competencias de bioinformática a la hora de interpretar los datos, luego habrá otros perfiles más específicos para desarrollar esas herramientas y todo se tiene que integrar, en colaboración con los clínicos. Hay que tener en cuenta que generar datos, quizás es la parte más fácil del proceso. Lo que es difícil es tener el conocimiento para saber filtrar y decir qué variantes son las patogénicas. Por eso, creo que, en la evolución lógica, la secuenciación masiva tendrá que desarrollarse en aquellos centros donde ya se viene investigando en ella, y ha sido una transición lógica llevarlo a la práctica clínica y desde mi punto de vista, especializándose en determinadas áreas donde el conocimiento, interpretación y la simbiosis entre genetistas y clínicos y otras disciplinas hagan que ofertemos el mejor diagnóstico, de cara a la medicina de precisión.

¿Está el SNS preparado para asumir este reto?
Por ahora, estamos contentos porque al menos ya se ha reconocido que la genética clínica es una especialidad, contemplada dentro de la troncalidad y esperemos que en breve se regularice todo y haya una formación reglada en nuestra área.

Fuente: El Global

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