Las bacterias del intestino influyen en los trastornos neurovegetativos
(Madrid).- Los humanos tienen aproximadamente tantas células bacterianas en sus cuerpos como células humanas y la mayoría de esas bacterias viven en el intestino.
Una nueva investigación publicada este lunes revela vínculos entre el microbioma intestinal –la población de microorganismos que viven en el tracto gastrointestinal– y enfermedades cerebrales como el Parkinson y el Alzheimer, lo que lleva a posibles nuevas formas de rastrear y tratar estas enfermedades.
Casi 100 billones de microbios –algunos beneficiosos y otros dañinos– viven en el tracto gastrointestinal humano en cualquier momento, ayudando a regular la función inmune y la inflamación, dos factores que se cree que juegan un papel en enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer. A medida que siguen sin encontrarse curas para estas patologías, los científicos están buscando en el microbioma nuevas perspectivas y nuevas estrategias.
Los nuevos hallazgos, que se presentan en ‘Neuroscience 2017′, la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia’, apuntan que los metabolitos derivados del microbioma bloquean el plegamiento incorrecto de la proteína en tubos de ensayo y previenen la neurodegeneración en un modelo de mosca de una patología relacionada con el Parkinson, sugiriendo que los metabolitos derivados del intestino pueden ser prometedores.
Un modelo de rata de la enfermedad de Parkinson muestra niveles elevados de una proteína inflamatoria en el colon, identificando un posible nuevo biomarcador para el trastorno. Además, los primates no humanos que recibieron inyecciones estomacales de una proteína asociada con el Parkinsonmuestran signos de la patología en sus cerebros, lo que revela que ésta puede diseminarse desde el intestino hasta el cerebro.
Por otra parte, investigadores han detectado que un gen asociado con el riesgo de la enfermedad de Alzheimer influye en el microbioma intestinal de los ratones, lo que potencia una nueva estrategia de tratamiento. Además, el tratamiento con probióticos corrige los problemas de memoria en un modelo de ratón con Alzheimer, lo que sugiere que alterar el microbioma puede ayudar a retrasar la enfermedad.
“Los resultados presentados hoy se suman al creciente cuerpo de evidencia que muestra la influencia del intestino en el cerebro y la relación crucial entre los dos”, afirma la moderadora de la conferencia de prensa para presentar estos datos, Tracy Bale, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland, en Estados Unidos, y del Centro de Desarrollo Cerebral y Salud Mental Materna. “Apuntar al intestino presenta un ángulo diferente y prometedor para abordar los trastornos cerebrales a lo largo de la vida”, concluye.
Fuente: El Economista
Comentarios
Publicar un comentario