Un hongo intestinal como biomarcador de riesgo cardiovascular


(Madrid).- Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (Ciberobn) han demostrado que la presencia en el intestino del hongo Mucor Racemosus puede ser útil como biomarcador de riesgo cardiovascular.

Este hallazgo refuerza la posibilidad de que la manipulación de la micobiota intestinal pueda ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares.

El intestino humano alberga una gran variedad de microorganismos (bacterias, hongos, parásitos, etc.) que forman un ecosistema natural. Las bacterias son los componentes más abundantes de esta microbiota y se sabe que su calidad y composición están relacionadas con desórdenes como la obesidad y la diabetes.

En contra, la diversidad fúngica (o micobiota), que representa entre el 0,03 y el 0,2 por ciento de la microbiota intestinal, ha sido menos explorada.

En un estudio inicial trataron de analizar este aspecto de la micobiota. Después de analizar los diferentes tipos y cantidades de hongos intestinales en una cohorte de 52 individuos, divididos entre aquellos que tenían un peso óptimo y aquellos que eran obesos, se demostró que estos microorganismos varían de un grupo a otro.

Los resultados también revelaron si un individuo obeso era metabólicamente sano o no.

Por otro lado, también se puso de manifiesto que cuando los sujetos pierden peso, un tipo específico de hongo (Mucor spp.) aumenta en abundancia, un descubrimiento que abre la puerta al tratamiento de la obesidad mediante la manipulación de este microrganismo.

Para complementar estos descubrimientos sobre la micobiota en sujetos obesos, en el presente trabajo se ha realizado un análisis exhaustivo para explorar la posible contribución de la micobiota intestinal a la arterosclerosis subclínica en un grupo bien caracterizado de sujetos obesos y no obesos.

Los hallazgos obtenidos ponen de manifiesto que Mucor Racemosus (una especie del género Mucor) podría ser un biomarcador relevante de riesgo cardiovascular, reforzando la posibilidad de que la manipulación de la micobiota intestinal puede ser útil en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Fuente: Gaceta Médica

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