La donación de sangre salva vidas, incluso la del propio donante
(Buenos Aires).- La donación de sangre no sólo salva la vida de 
las personas que necesitan una transfusión por un accidente, operación o
 enfermedad, sino que puede detectar enfermedades desconocidas y evitar 
el riesgo de muerte en el mismo donante, quien es avisado por el equipo 
donde efectuó la extracción si se detecta alguna dolencia, advirtió hoy la especialista en Hemoterapia,  
Gabriela Dabusti.
Dabusti comentó los distintos aspectos de la donación de sangre y las
 transfusiones en el marco del XVI Congreso Argentino de Medicina 
Transfusional que culmina hoy en el Hospital de Clínicas de la Ciudad de
 Buenos Aires. Al donar sangre 'sos un héroe anónimo' decimos como lema, ya que una persona que dona sangre puede salvar hasta tres vidas,
 aseguró Dabusti, presidente de la Asociación Argentina de Hemoterapia, 
Inmunohematología y Terapia Celular, tras hacer hincapié en la 
importancia de esa acción voluntaria y sus efectos posteriores.
Hay una doble función en la donación porque pasamos a ser agentes
 primarios de salud, tratamos de hacer prevención y detectamos una 
posible enfermedad en la persona que se le extrajo sangre, enfatizó
 la especialista, quien contó que se denomina 'consejería del donante' 
la acción del médico de Hemoterapia que debe comunicar a quien se 
realizó la extracción que se le encontró una dolencia.
Este fue el caso de Sergio, un hombre de 48 años que hace dos años 
fue a donar sangre en el Hospital Británico porteño para una compañera 
de su trabajo que estaba grave y antes de la extracción le practicaron 
un recuento de glóbulos rojos. Me dicen que estoy anémico, me hicieron una segunda prueba y vuelve a dar mal, aseguró Sergio, quien no
 tenía ni idea, no me había dado cuenta de nada, no me sentía mal; y 
entonces me dijeron que me tenía que hacer ver porque tenía una anemia 
rara; y resultó que tenía cáncer de Colon.
Leo, un joven de 27 años del municipio bonaerense de Quilmes, fue a donar sangre para un familiar y meses más tarde me
 llamaron del sanatorio donde hicieron la extracción y me dijeron que 
tenía que ir, que me tenían que notificar algo. Ahí me enteré que tenía 
sífilis, contó.
Dabusti precisó que el mayor porcentaje de enfermedades detectadas 
tras la donación ocurre con quienes acuden ante la necesidad urgente de 
un familiar o amigo. En estos casos tenemos aproximadamente entre un
 3 y un 4 por ciento de seropositividad, en cambio en los casos de los 
donantes voluntarios es menor al uno por ciento, destacó. Esto 
sucede porque los donantes de reposición acuden cuando hay un paciente 
que necesita sangre y se pide gente de su entorno que van medio 
obligados por la situación y a veces incluso no cuentan algunas cosas o 
mienten en la entrevista para cumplir con la convocatoria del familiar, completó.
En este marco, Dabusti aseguró que si toda persona sana dona dos 
veces al año, se cubren las necesidades de los pacientes y se evita 
salir a buscar entre conocidos cuando hay una urgencia.
Entrevista
Cuando uno va a donar sangre se le realiza una entrevista médica y 
privada para descartar posibles riesgos y se aclara qué es el período de
 ventana, que es el momento en que una persona se contagia una 
enfermedad y deben pasar entre 6 meses y un año para confirmar o no si 
hubo transmisión de alguna patología, aclaró la experta. En la 
entrevista previa a la donación no hay preguntas discriminatorias, sólo 
se evalúan situaciones de riesgo que puede haber tras la realización de 
una operación, de colocarse un piercing o hacerse un tatuaje o inhalar 
cocaína porque se puede romper una venita del tabique nasal o en 
aquellas relaciones sexuales 'promiscuas.
Las preguntas se realizan por dos motivos, para no hacer daño en la 
extracción, por ejemplo que no le baje la presión, que no se sienta mal,
 y para saber si la persona pudo haber estado en situación de riesgo 
para evitar transmitir enfermedades como Chagas, Hepatitis B, Hepatitis 
C, VIH, Sífilis, Brucelosis y HTLV.
Por eso al finalizar la donación que se realiza tras constatar 
que no hay riesgo, se entrega al donante un papel de autoexclusión, para
 que reflexione si su sangre es segura y marque en un papel que tiene 
sólo el número de la extracción, si tiene dudas o no y lo deje en una 
urna. Esto por si en el momento de la extracción tuvo pudor o reflexiona
 luego y prefiere no donar.
Fuente: Télam
 
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