"Wereables" y marcapasos, hits de la tecnología sanitaria en 2016


Los dispositivos insertados en el cuerpo o habilitados para el control de variables biológicas a partir del contacto con el paciente marcarán la tendencia de la tecnología sanitaria en 2016, al menos a tenor del ‘Top 10 Hospital C-Suite Watch List’, el ranking del Instituto ECRI que da una idea de las áreas del sector que brillarán en el año en curso.

En esa clasificación, se encuentran, por este orden, las unidades móviles de ictus; el software de seguridad informática de dispositivos médicos; los sensores conectados a internet en forma de relojes, pulseras o similares (wereables); los marcapasos libres de agentes contaminantes como el plomo; los desinfectantes de luz ultra-violeta con LED; nuevos medicamentos cardiovasculares; maquinaria de cirugía robótica; nuevos aparatos de tomografía computerizada; hidrogeles bioabsorbibles para neutralizar la acción tóxica de algunos tratamientos, y, por último, los sistemas de perfusión para preservar órganos del donante y facilitar su recepción en buenas condiciones.

Según estas previsiones, las aplicaciones de las nuevas tecnologías a la Medicina se erigen como las protagonistas del año, ya que aparecen, de forma más o menos explícita, en casi todas las tendencias enumeradas.*

Así, las unidades móviles para atender el ictus incluyen el uso de dispositivos adicionales como, por ejemplo, las Google Glass, utilizadas en un programa del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas (Houston); los marcapasos de última generación son de un tamaño un diez por ciento más pequeño que los convencionales, se fabrican sin plomo, no requieren de cirugía para ser implantados y se proveen de sistemas para evitar su pirateo informático; y la robótica con aplicaciones quirúrgicas, como el famoso Da Vinci, se hace cada vez más compatibles con herramientas periféricas.

En cuanto a las ‘wereables’, el trabajo anuncia novedades para el control de las úlceras por presión –grave problema del enfermo hospitalizado que genera un elevado coste además de complicaciones médicas–, y alude a sensores capaces de detectar la movilidad del paciente, y también a otros que miden la función del cerebro y resultan útiles en enfermedades del sistema nervioso como el parkinson o el alzheimer.

Más puestos de trabajo

El análisis del Instituto ECRI advierte también de la rentabilidad de los nuevos aparatos, que no siempre se encamina al ahorro; por ejemplo, en el caso de las nuevas máquinas de perfusión para preservar órganos, que doblan, potencialmente, el número de trasplantes realizables de corazón y pulmón, se avisa de que ello conducirá a un aumento de la demanda y, por lo tanto, de la infraestructura necesaria –recursos humanos incluidos– para atenderla, lo que desmiente la creencia generalizada de que la tecnología reduce los puestos de trabajo, al menos en casos como éste.

Fuente: Redacción Médica

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